Hoy en día hay una gran oferta de sanación breve, rápida y de emergencia.
Estas, se ofrecen en un día, un fin de semana o en una noche, con toma de medicinas o sin ellas.
Sanaciones que no llevan un diagnóstico, una preparación previa y un tratamiento posterior que ayude a la persona a darse cuenta de lo que le estaba o está haciendo daño, tanto a nivel físico como mental, emocional o energético.
Se han popularizado los términos shamán, hombre medicina, hombre de conocimiento, para cualquier persona que tiene muy poco conocimiento del hombre genérico y del hombre energético que ha habitado en estas tierras, y con ello se válida que cualquier persona sin tradición pueda ejercer algo tan sagrado cómo es la sanación. Perdiendo de vista que el Médico Tradicional, Shaman, Brujo, o cualquier otra persona que se dedique a la sanación, debería haber pasado por un proceso iniciático, tanto natural como de su clan o tribu.
La sanación por muy amorosa que pueda ser, no deja de ser dolorosa, ya que darse cuenta que uno es el causante de su enfermedad, no es fácil y hacer los cambios físicos, mentales y emocionales que lleven al alma a permanecer en un estado de pureza tal cual fue traída a este plano, lleva un gran trabajo personal, ya que la persona deberá enfrentarse a la eliminación tajante del agente enfermante.
Limpiar la energía o campo áurico del cuerpo es un reto que la persona y el sanador emprenden juntos,
poniendo cada uno un esfuerzo sobrehumano para que la persona salga victoriosa y sanada.
